domingo, 8 de enero de 2012

Let it Beeeeee!

Será mejor que me largue antes de... mmm algo malo seguro.
Ajelandro.

Cuentos de una tierra mojada pero donde no crece nada. Vol. I

Y (h)ay! estabamos perdidos, como dos perros callejeros. Se notaba que no queriamos dormir, pero no deciamos nada, quizá vergüenza, quizá otra movida; pero estabamos seguros que no queriamos irnos a nuestra casucha. La idea de llamar nuestra piedra angular era factible, pero es una piedra de mala calidad y propensa al no. Allí, al final del tunel de la negación aparecen dos luces, astros y grandeza espacial. Un alto en el camino de la soledad pensaban los perros. Pero ¿cómo un perro, cuyo único acto social es pasar indesapercibido, puede contentar a dos reyes del universo? Lo sabía, ese perro lo sabía "esto va a salir mal" -pensaba-.

Tras divagaciones terrenales al pié del Olimpo, perro número uno estaba más contento. Pensaba que quizá los dioses se habian puesto de su parte por una vez y podría hacer aquello que miles de años atras había soñado y que, desde entonces, aunque no lo tenga en mente constantemente, recuerda como es ese sentimiento. Pensaba en aprovechar cada puñetero segundo de la noche iluminada para si mismo, tenía que ser el mejor, no fallar, si follar, pero "un momento"-pensó- "soy un panoli cara al público, no tengo ni zorra de como coño se hace". Desesperado intentó tirar de suerte, algo que guarda en un pequeño botecito, pues no puede desaprovechar ni un corpúsculo de suerte, ya que escasea.

Ya en sitio cálido, conocido pero incómodo dado que incapacidad para hablarle a una cara que tiene este perro, comienza la verdadera prueba. Los astros se mueren, se apagan poco a poco, es culpa de los perros, traviesos. Cabrones. Bebidas por aquí, risas por allá, pero el contacto fisico es casi nulo, miradas, ojos oscuros como la noche, pero más hermosos, profundos como el océano.  Esas miradas traicioneras, ya que una mirada significa infinitas cosas y nunca es la que piensas.

Desaparece.


Todo va cuesta abajo. El perro se siente un gilipollas y un perdedor, pero aún tiene esperanza y esa hija de puta mueve montañas. Pero cuando el chucho levanta la cabeza, ¿qué es eso? Un perro de familia rica, mejor que tú, más limpio, cepillado, de raza... No puedes competir, la realidad vs espectativa se ha decidido, la realidad siempre gana. Cada mirada, cada segundo es una puñala fria al corazón, que se apaga, poco a poco, se lleva el aliento, las ganas, la cognición del tiempo, las fuerzas para mantener la cabeza erguida, un roze te despierta, el puto perro hace el pavo, es así, lo conocen como eso. Risas y carcajadas que enmáscaran un corazón destrozado por los puñales que ya no se mantiene en pie. Ese chucho tumbado, con su último esfuerzo consigue unir dos jodidas neuronas para pensar "lárgate".

En el frio de la niebla piensa con más claridad, casi todo insultos hacia su perra vida y sus pequeños huevos. Se rie por no llorar. A la risa le sigue una carcajada de locura que acaba en sollozo. Ahora silencio hasta su caseta, fria y pobre. Los únicos pensamientos que rondan su pulgosa cabeza son los típicos en estas situaciones: " y si...".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"ahí estamos", que no "hay". Pero te lo dejo pasar.

Ya les llegará el momento a los dos perros, que seguro no son tan perros como piensas. Te lo digo yo.

Anónimo dijo...

Te has saltado la aparición de la piedra angular!!!

Anónimo dijo...

Los astros no son tan perfectos. Y muchas veces se apagan por alguna cuestión propia, y no por consecuencia de los perros.

Y tampoco merece la pena preocuparse pensado qué habría pasado. Ya tendrás tu oportunidad con otras estrellas. La tuya, en concreto, supongo.