Este borrador lleva con ese título y vacío tanto tiempo que no sé por qué lo escribí, no sé qué significaba en aquel entonces y no sé qué significa ahora. Si lo pienso y trato de deducirlo solo se me ocurre la forma literal de la frase y sé que yo nunca soy literal. Seguirá siendo un misterio, como por qué no podemos elegir nuestros sueños como elegimos dormir, por qué no podemos elegir los resultados igual que elegimos realizar los actos que llevan hacia ellos. ¿Por qué dormir si no sueño con lo que quiero? ¿Por qué imaginarme haciendo cosas que nunca podré realizar? No comprendo el funcionamiento de la mente humana, te imaginas haciendo algo que te importa y sin darte cuenta, en medio segundo, te encuentras compartiendo ese momento con alguien que te importa, asociamos los momentos con las personas más rápido que en darnos cuenta de que es una tontería imposible, para salir de la imaginación como empujado por un viento huracanado concebido por la ramera realidad y que la seca tristeza te llene, te hunda y atrape en el fuego, todo en menos de dos segundos.
lunes, 23 de diciembre de 2013
jueves, 5 de diciembre de 2013
Living is a dream
Estaba en una estación de tren, el sol entraba por los ventanales iluminando la zona con un aura casi celestial. No sabía por qué estaba allí, pero no quería estar en otro sitio que no fuera sentado en aquella estación. El silencio era total, daba la sensación de que allí no había nadie más que yo y aquella inquietante atmósfera. Me levanté del asiento para mirar a mi alrededor y no vi ni una sola persona o alguna maleta que indicara que allí, en la estación, había alguien más a parte de mi; miré fuera a través de los ventanales y la calle estaba desierta. En ese momento me invadió la inseguridad de que, por alguna extraña razón, era la única persona en la tierra, estaba solo. Eso era una locura.
Todo empezó a crujir a lo lejos. Un hilo de polvo cayó del techo que empezó a crepitar como un leño ardiendo. Un coche de la calle desapareció de mi vista en un instante, como aspirado desde el cielo. Le siguieron papeleras, farolas, paradas de bus, kioskos; cada vez cosas más grandes, hasta los edificios empezaron a desaparecer tras un ruido atronador; eran arrancados de sus raíces de asfalto dejando una llovizna de tierra. Un desierto ocupó los alrededores de la estación, que aguantaba la embestida empírea con algunos chasquidos y rugidos de rocas.
El desierto empezó a ascender, formando una pausada tormenta de arena opaca que se tragó la luz como la nada. Cerré los ojos esperando lo peor. El silencio volvió a llenar aquel extraño mundo; abrí los ojos y miré lo que parecía una canica perfectamente lisa y negra que se extendía desde la estación hasta donde alcanzaba mi vista. El mundo se había convertido en nada, una nada lisa y perfecta; y dentro de aquella nada estábamos la estación, mi protectora, y yo.
Me acerqué al cristal del ventanal y apoyé mi mano sobre él, en el momento en el que lo hice, este se resquebrajó para después romperse en millones de copos de cristal que ascendieron igual que el resto del mundo. Mi debilitado refugio decía adiós poco a poco, como la piel de una mandarina despegándose del aire que me rodeaba y ascendiendo al negro cielo sin nubes ni estrellas. Desconozco de dónde venía la luz que iluminaba todo, pero en aquellos momentos no era una duda razonable, me preocupaba más que pasaría cuando no quedara ni una triza de aquella estación ¿a dónde iría? ¿Ascendería también hacia la nada? El miedo me hizo cerrar los ojos de nuevo hasta que volvió el silencio total. Esperaba encontrarme flotando hacia mi final, pero cuando abrí los ojos estaba en el mismo sitio, con los pies apoyados en la fría y negra superficie de aquel mundo muerto. La soledad era tranquilizadora y durante unos instantes no volvió a escucharse ningún resquebrajo y yo permanecía inmóvil. Empezaba a sentirme triste ¿por qué estaba ocurriendo aquello? Se me ocurrió dar un paso y ahí acabó todo.
lunes, 18 de noviembre de 2013
Metamor
Y ahí estaba yo, cayendo desde lo más alto del mundo, quizá más alto; caía de espaldas, mirando lo que dejaba atrás, casi a cámara lenta. Empezaba el estribillo y comenzaban a llegar imágenes de mi vida, una tras otra; intentaba cogerme a alguna, pero mis dedos la atravesaban como si estuvieran hechas de agua. Quería que me crecieran alas, era mi mayor deseo, hubiera dado todo lo que tengo porque me salieran alas, unas alas que me permitieran planear hasta lugar seguro y evitar el inminente desastre. Me daba vergüenza mirar aquellas imágenes, que no paraban de suceder, como frescos pintados en el aire; apartaba la vista de todos y cada uno de ellos, concentrándome en desear con más ímpetu aquellas malditas alas, pero era una tontería, nada iba a evitar que me estrellara contra el suelo.
¿Por qué? ¿Por qué había aceptado tan rápido que era el final? ¿Acaso deseaba un final? Aquella caída infinita me estaba matando, el jodido creador de aquella pantomima se estaba mofando de mi. Hacía tiempo que había dejado de sentir que caída, ahora flotaba en un éter y a mi alrededor se creaban imágenes de mi vida que atormentaban aquella paz. Incluso pensaba en el hambre que tenía y en cuanto la echaba de menos. Es ridículo, unos pensamientos tan separados no pueden compartir un plano neuronal de esa manera. Son solutos que no se disuelven en el mismo medio. No pueden existir a la vez en la mente; pero estaban rompiendo las reglas en la mía ¿tenía hambre de ella? ¿Es posible ponerse cachondo en una situación como esta? Tampoco había nadie allí para responderme. No es extraño imaginar a un hombre que cae eternamente masturbarse en la comodidad de su éter. De todos modos ya había dejado otros fluidos caer conmigo, vómitos, heces... ¿estaba haciendo, de algún modo macabro, de aquel lugar, de aquel éter, de aquella caída, mi hogar?
No sé si fui consciente de que había llegado al final del camino antes o después de morir. Sé que el suelo me vio antes a mi, que yo a él. Me plegué como un acordeón cuando llegué al final, supongo que todos podéis imaginároslo. Manché aquel suelo blanco con todo lo que yo era, cada mililitro de mí acabó por todas partes. Sé exactamente qué fue lo último que pensé, un pensamiento tonto rondó mi cabecita y me hizo reír. Era un desgraciado cayendo al vacío en la soledad de un continuo y blanco éter, un mundo sin reflejos ni sonidos, un mundo de películas acuosas dónde yo era el protagonista, condenado a revivir una y otra vez mis fracasos; y aún así me hizo gracia pensar en el miserable cabrón que tuviera que limpiarme de todas partes.
domingo, 20 de octubre de 2013
Gota de agua
There's a starman waiting in the sky He'd like to come and meet us...
David Bowie
Esta es la historia de una gota que tenía en la barbilla. Marta se sentó en la cama mientras miraba mis dedos que delicadamente sacaban de sus ojales todos los botones de su camisa. Sonrió y se tapó la boca; seguía mirándome las manos con obsesión, alternando izquierda y derecha. Terminé y la miré fijamente, me devolvió la mirada, una mirada salvaje, se mojó los labios y lanzó sus manos hacia el botón de mi pantalón. La detuve antes de que bajara la cremallera invitándola a ser la protagonista única de la historia, rió otra vez y yo reí con ella, una risa nasal e inocente que me ruborizó un poco. Le quité los zapatos agachándome sin apartar la mirada de la suya, primero el derecho y luego el izquierdo.
Subí sus piernas a la cama flexionándole las rodillas delicadamente, ella echó su cuerpo hacia atrás; su respiración, entre cortada, se volvió más profunda e impaciente. Me incorporé y vi cómo se tapaba los ojos y se mordía los labios. Me tomé unos segundos para observarla, admirar toda la perfección que inundaba el ambiente, explorar mis deseos y dejarme dominar por ellos.
Comencé a bajarle los pantalones descubriendo dos suaves y eternas piernas. Mi pelea por intentar sacar los pitillos por sus enormes pies volvió a hacernos reír, esta vez ella hizo un sonido ronco y se tapó toda la cara con las manos. La cogí con fuerza de la cintura y la llevé más arriba, me situé entre sus níveas piernas, me mojé los labios, la miré a los ojos y, rozando la parte superior de los muslos con las palmas de mis manos, sujeté finamente la goma de su ropa interior, tirando y descubriendo la más maravillosa vulva del universo. Volví la mirada, no está ella, ya no hay nada... sólo hay una risa que me hiela el alma.
Subí sus piernas a la cama flexionándole las rodillas delicadamente, ella echó su cuerpo hacia atrás; su respiración, entre cortada, se volvió más profunda e impaciente. Me incorporé y vi cómo se tapaba los ojos y se mordía los labios. Me tomé unos segundos para observarla, admirar toda la perfección que inundaba el ambiente, explorar mis deseos y dejarme dominar por ellos.
Comencé a bajarle los pantalones descubriendo dos suaves y eternas piernas. Mi pelea por intentar sacar los pitillos por sus enormes pies volvió a hacernos reír, esta vez ella hizo un sonido ronco y se tapó toda la cara con las manos. La cogí con fuerza de la cintura y la llevé más arriba, me situé entre sus níveas piernas, me mojé los labios, la miré a los ojos y, rozando la parte superior de los muslos con las palmas de mis manos, sujeté finamente la goma de su ropa interior, tirando y descubriendo la más maravillosa vulva del universo. Volví la mirada, no está ella, ya no hay nada... sólo hay una risa que me hiela el alma.
Apoyé mi cara en su rodilla, sonreí travieso y ocurrió lo que tenía que ocurrir. Pero la gota que tengo ahora es por comerme una pera conferencia, deliciosa, jugosa, húmeda, tierna, suave....
domingo, 11 de agosto de 2013
Sueños a niveles "The Twilight Zone"
Resulta curioso, dos noches seguidas con sueños extraordinarios. Ayer por la noche una idea para un guión que necesita de muchos pulidos y esta noche, dentro del sueño, me ha pasado una cosa muy muy curiosa. Ambos comparten una cosa, en los dos mi memoria juega un papel muy importante.
Esta noche estaba teniendo un sueño que mezclaba "Half Life 2" con "The Walking Dead"; todo era normal, yo con mis armas pasaba por diferentes escenarios combatiendo contra zombies -más del estilo de la serie- y guerrilla local, mercenarios con pocos ps pero que en mayoría numérica pueden ser un gran dolor de cabeza. Tras una larga campaña, entremezclando el sigilo con la acción pura, mi sueño desembarca en una granja fortificada por la resistencia -mi facción- dónde me informan de una llegada inminente de los enemigos dispuestos a acabar con las personas que habíamos en el estratégico piso de arriba. Los aficionados a los videojuegos sabéis que llegados a este punto, prólogo de la batalla, sitio fortificado, enemigos atacando por frente, nos proporcionan cantidad de munición, salud, armadura e incluso un arma nueva. En mi sueño esto no iba a ser diferente, las mesas estaban repletas de estos objetos que desentonaban con el ambiente "realista" de la escena. Dentro del preámbulo me fijo en un francotirador, cosa que me encanta, apoyado en una esquina; en la vida real, yo personalmente jugando a un videojuego y en esta situación, seria mi elección sin duda alguna, en el sueño no fue diferente.
Aquí tuve mi primera experiencia "extrasensorial", dentro del sueño, mi yo incorpóreo se preguntó por qué cogía esa arma y no otra cualquiera, entonces fue consciente de que la cogía porque en los videojuegos es mi elección personal. Es aquí donde las dos mentes se combinan unos segundos y el sujeto con mi apariencia es consciente, durante milésimas de segundo que está viviendo un sueño.
Pero no duró mucho, pues me avisaron de que los enemigos ya llegaban. Me atreví a salirme a un balcón perpetrado por placas de metal, donde me acosté delante de una abertura mínima. Empezó la fase, no os voy a aburrir relatando escenas de videojuegos quemadas por la historia, llegan enemigos, el player los abate con su franco y los bots aliados no aciertan a la luna. Fue una larga fase donde seguramente batí mi récord de headshots y bajas enemigas. En un momento, vuelvo a entrar dentro por una ventana (salto+control) y me encuentro una situación lamentable, quedan dos personas que están apartadas en un estado deplorable.
Se trata de Daryl Dixon y Carol -protagonistas de "The Walking Dead"-; yo me acerco a ellos y les pregunto que qué podemos hacer, me responden que nada, desanimados. Yo me pongo echo una furia, veo un botón de emergencia y lo pulso, sobre las ventanas caen maderos que nos protegen de los disparos, pero era cuestión de tiempo que entraran y nos mataran; yo, evidentemente, estaba preocupado, pues la noción de que aquello era un sueño se había esfumado, no había llegado a cuajar.
He aquí mi segunda experiencia extrasensorial dentro del sueño; me llega a la mente que aquello me es familiar, resulta que yo ya había soñado con esa escena, idéntica en principio, la granja, el francotirador, las fortificaciones... todo me es familiar. ¿Cuando sucede esta conexión? Al bajar los maderos con el botón de emergencia. En ese momento me viene el recuerdo de que nos lanzaban bebés rellenos de ácido que acababan por destruir las ventanas y provocarnos muchos daños. Pero ahí estaba yo, consciente de aquel recuerdo intentando convencer a Daryl de que huyéramos.
Es ahí cuando comienzo a escuchar los llantos de varios bebés y el sonido de algo que chisporrotea. Me asomo por la ventana y veo que nos están lanzado bebés gordos rellenos de ácido verde a través de tirolinas. Ante esta situación tan extraña, vuelvo con los supervivientes y les digo que tenemos que llegar hasta el aparato de emergencia, aquel que soltaba ese humo verde. No sé por qué dije eso, pero Daryl y Carol me miraron extrañados. Es entonces cuando recuerdo, que en el otro sueño -quizá lo tuve hace años, no lo sé, pero mucho tiempo seguro-, aunque íbamos ganado, no encontramos atrapados y bajamos a una especie de sótano tras una falsa pared, accionábamos un aparato y un humo verde envolvía los campos, matando a nuestros enemigos. En el sueño de esta noche, recordé esa situación, por lo tanto fue consciente de que estaba soñando y aún así no quería morir. Les suplicaba furiosamente a Daryl y Carol de que teníamos que ir a ese sitio para poder sobrevivir, ellos no paraban de negarme la existencia de tal aparato, por lo que, desesperado, les dije que aquello era un sueño y que yo antes había soñado lo mismo, que habíamos ido a esa sala y que habíamos ganado, todo esto con los bebés rollizos derritiendo nuestras ventanas.
En ese momento, perplejos los dos, el hombre me mira como en la foto de arriba, se levanta y nos dice que le sigamos, atravesamos una habitación derruida, dejando atrás los llantos de los bebés, bajamos por una columna torcida y llegamos a una puerta en el costado de la granja, salimos al frío de la noche, allí había una muchacha guardando la salida, nos llevó por un camino estrecho entre la maleza, hasta la entrada trasera de la granja, tras un establo de piedra. Allí nos giramos para ver unas escaleras de metal clavadas en la roca, que subían hasta la boca de una gran tubería oxidada. Comenzamos a subir, cuando un camión atravesó la puerta trasera de la granja sin vernos, cuando volví la cabeza hacía la tubería me encontré a mi novia durmiendo a mi lado, me había despertado.
¿Qué ha pasado? Acabo de tener un recuerdo de un sueño muy anterior dentro de un sueño. ¿Cómo se come eso? ¿Dónde está Freud? Lo peor es que tengo la sensación de que esto me ha ocurrido con anterioridad (en un sueño de vampiros). Lo de tener recuerdos en sueños no es nuevo, es más, en el sueño de ayer noche pasó lo mismo; soñé dos niveles (sueño dentro de sueño) y en el nivel 1 -digamos el sueño "original"- recordé una parte del sueño que había soñado dentro del sueño. Ocurría porque uno de los sujetos del sueño principal había dicho una frase que decía en el sueño del nivel 2, recordándome que había soñado dentro del sueño. Al despertarme, obviamente, recordaba los dos sueños y lo flipaba en colores, porque es un flipe decirle a un sujeto de un sueño que has soñado con él dentro de un sueño.
Veces que he puesto "sueño": 30
@Ajextar
@Ajextar
domingo, 28 de julio de 2013
Historias de la kryptonita - Vol. II
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Los cambios de tiempo están hechos a propósito.
Recuerdo mis días en el ejército (flash) teníamos un sargento que era un capullo, abusaba de su poder y descargaba su odio sobre nosotros. Odiaba a todo el mundo; nosotros sabíamos que era porque llevaba una vida de mierda, su mujer era fea y gorda y no follaba tanto como nos contaba. Siempre estaba tocándonos los huevos con las mismas cosas y gritando lo maricones que éramos. Él sí que era un maricón, no tocaba a su mujer porque le daba asco, es lo que ocurre cuando no le prestas atención, se ponen a comer para aliviar la soledad y acaban gastándose la paga en el casino. Yo estoy con el cabo Thomson, solo follan en las fechas señaladas, quizá aniversario o navidad; pero aún así es un polvo mediocre. Por eso el sargento viene a jodernos la vida cada mañana, tocarle los cojones al recluta se ha convertido en su sexo, y literalmente, porque ese hombre nos sodomiza cada día.
Que le follen a Kubrick o a Eastwood. Lo único que han hecho a sido subirle los humos al jefe, incluso excusarle y darle nuevas ideas y frases. Cada día llega con sus pantalones ajustados y comienza la danza de ingeniosas frases para dejarnos en ridículo. Lo peor es que algunas son jodidamente graciosas, pero si se nos ocurre reírnos nos caerán las babas del perro y quizá algún día de aislamiento o castigo en la cocina. Eso es lo peor, se inventa unos castigos dignos de una puta plaga egipcia, se cree el maldito mesías y no se le ocurren otras cosas como limpiar retretes con cepillos de dientes o dejarnos firmes en la bandera durante todo el día. Lo último se lo hizo al recluta Paris, le colocó un sombrero idiota y le hizo dar vueltas a la pista cantando una canción homosexual de una rubia que estaba cañón. Ahora le llamamos "Lucky Star".
Busca excusas para jodernos la existencia. Cada mañana nos despierta firmes, tenemos que estar al pie de la cama en cuanto de la orden, si alguien se retrasa, la justicia divina caerá sobre él. El cabrón viene cada día a una hora diferente, 6:05, 6:25, 5:46; por lo que tenemos que estar atentos cada mañana y despertarnos los unos a los otros, para estar pendientes, nos convertidos en preppers de la vida nocturna. Para joderle la vida al viejo hemos ensayado en secreto una coreografía para levantarnos de la cama a la vez y que no pueda castigarnos a ninguno. Son tres sencillos pasos: 1. Ponerte boca abajo y el pie izquierdo en el suelo, 2. Dar un giro sobre nosotros mismos con el pie izquierdo como apoyo y 3. Incorporarse firmes delante de la cama. Una danza acompasada que duraba exactamente tres segundos.
Serían las seis menos diez de la mañana cuando me dieron en aviso, habían escuchado quizá la puerta de villacandado abrirse y era mejor estar despiertos. Me giré para despertar a Lucky y lo vi sonreír mientras dormía. En aquél lugar no sonreías así, nos reíamos de los chistes de Clark o de las bobadas de Allen, pero nunca sonreíamos de aquella manera tan real y verdadera. No le desperté, no quería cortar el sueño que producía aquella preciosa sonrisa en su rostro. Mal. Escuché un estallido en la puerta del barracón y la dulce voz del sargento gritando como mil perros "¡ARRIBA!". 1, vamos Lucky despierta; 2, estás boca abajo, aún te da tiempo; 3, lo siento tío.
No volvimos a ver a Paris.
miércoles, 24 de julio de 2013
Poesía Nupcial
Cae Bella Mujer en el invierno eterno
sujeta al mar de flores que inunda el mundo
vuela, del este, al mugriento infierno azul
despedaza Marte y llega hasta mí
vuela desde el oeste al infierno rojo.
No es posible tanta belleza
marcados brazos con tinta y dolor
vagina húmeda con los años
piel blanca limón
ojos perdidos y buscadores
manos amasadoras de fortuna;
tú que buscas el pasado agrietado
que buscas el mar de flores anhelado
que anhelas atestar de flores el mar.
No caigas en el invierno perpetuo
cae sobre mi falo, que llora la espera
cae encima nuestro, hagamos el amor
imaginemos que llueven gritos y
rugen las gotas; mantengámonos
así, unidos por un trozo de carne,
violenta danza nupcial que nos susurra.
Me quieres arrancar la piel y yo
quiero dártela
me arrancas los gemidos indescifrables
abro la boca y no me reconozco.
Te quiero dar toda mi piel y tú
quieres arrancármela
suspiros entrecortados nacen de tu ser
oníricos gemidos arquean tu espalda
erudita del sexo, lo prácticas por diversión
tus pezones rasgan el universo
crean portales cósmicos, agujeros negros,
que nos transportan a lugares
donde solo se concibe el placer
no existe la muerte, ni la vida.
La pequeña muerte me corea
cuando todo mi amor surge desde mis entrañas
tus ojos buscan los míos sin fortuna
no entramos dentro de nosotros
,queremos volar y nos sujetamos,
cada movimiento crea un espasmo
cada espasmo un suspiro
sonreímos como idiotas,
idiotas, sí, enamorados.
sujeta al mar de flores que inunda el mundo
vuela, del este, al mugriento infierno azul
despedaza Marte y llega hasta mí
vuela desde el oeste al infierno rojo.
No es posible tanta belleza
marcados brazos con tinta y dolor
vagina húmeda con los años
piel blanca limón
ojos perdidos y buscadores
manos amasadoras de fortuna;
tú que buscas el pasado agrietado
que buscas el mar de flores anhelado
que anhelas atestar de flores el mar.
No caigas en el invierno perpetuo
cae sobre mi falo, que llora la espera
cae encima nuestro, hagamos el amor
imaginemos que llueven gritos y
rugen las gotas; mantengámonos
así, unidos por un trozo de carne,
violenta danza nupcial que nos susurra.
Me quieres arrancar la piel y yo
quiero dártela
me arrancas los gemidos indescifrables
abro la boca y no me reconozco.
Te quiero dar toda mi piel y tú
quieres arrancármela
suspiros entrecortados nacen de tu ser
oníricos gemidos arquean tu espalda
erudita del sexo, lo prácticas por diversión
tus pezones rasgan el universo
crean portales cósmicos, agujeros negros,
que nos transportan a lugares
donde solo se concibe el placer
no existe la muerte, ni la vida.
La pequeña muerte me corea
cuando todo mi amor surge desde mis entrañas
tus ojos buscan los míos sin fortuna
no entramos dentro de nosotros
,queremos volar y nos sujetamos,
cada movimiento crea un espasmo
cada espasmo un suspiro
sonreímos como idiotas,
idiotas, sí, enamorados.
lunes, 1 de julio de 2013
Punto y coma
Las leyes de la física son aplicables al mundo onírico de los seres humanos. Estamos aparte en este mundo cruel y natural, como un pegote masticable de maiz en una ensalada salvaje. Aún así, la brutalidad del destino erigió la vida en el agua salada de los mares y años de evolución nos han llevado al trono de la tierra; somos los amos y señores del mundo y, por ende, las reglas que lo rigen se nos son aplicadas.
Acción y reacción o lo que es lo mismo, con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria, es
decir que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y
dirigidas en sentido opuesto: yo te pego una bofetada, tú te enfadas. Años de investigación me han llevado a postular una modificación válida para esta ley, una no acción también provoca una reacción o lo que es lo mismo, no hacer nada también puede ocasionar una reacción igual y equivalente.
Igual que un dedo empuja una ficha de dominó y esta empuja la siguiente, una no acción puede empujar una sucesión de hechos -lírico o prosaico, así como emocional o material- que respondan con una reacción hacia la no acción. Todo esto suena un poco soberbio.
Un servidor aquí presente se ha valido de mil años de experiencia en recibir reacciones provocadas por no hacer nada. Le echaba la culpa a la mala suerte, una nube negra y malévola que sobre vuela mi inocente vida con la única misión de lanzar rayos peluquérrimamente sutiles y desapercibidos que causaran la desgracia de la no realización personal y la ausencia de la non grata felicidad. Sinceramente, me ahogo en un vaso de agua, me preocupo demasiado por cosas sin importancia y las que sí la tienen, no les presto la atención adecuada. Como millones de personas al igual que yo, no me siento cómodo con el gentío, solo con un grupo reducido; no me gusta conocer gente nueva y odio realizar ese rito satánico que tanto está de moda, desde tiempos inmemoriables, que es el salir de fiesta a alcoholizarse con el simple propósito de pasarlo bien. Esto, damas y caballeros, me pasa factura, no sé socializarme y por tanto no sé mantener una relación constante con los que me importan, antepongo la novedad del momento a lo que lleva años junto a mi, provocando un fallo del sistema. ¿Por qué me ocurré esto? Francamente, creo que he madurado y he empezado a realizar varias cosas a la vez, a tener varios propósitos, a pensar en varios elementos importantes en mi vida -creo yo- a la vez; esto provoca una evasión de mis pretéritos proyectos y de mis pretéritas amistades y, por tanto, causan una despreocupación total y ejecutora.
Esto ocurre porque tengo un pensamiento diferente, así como una manera distinta de hacer las cosas, supongo que es errónea, pues me trae problemas, pero mi diminuto cerebro no es capaz de cambiar y pienso que no hay que preocuparse por ello, que no hay que mandar un sms o hacer una llamada porque, simplemente, no pienso que haya consecuencias, no pienso en que esa no acción puede provocar una reacción que acaba jodiéndome sobremanera las relaciones que tengo.
Tengo que aprender a manejar los dos lados de balancín para tenerlos equilibrados.
jueves, 4 de abril de 2013
Retrospecter...
Fechado el 28 de noviembre de 2010.
Señores. SOLO los enviados de Jacob pueden leer esto, por favor, tened cuidado los que no seáis candidatos.
Haced como Jack, cerrad los ojos y descansad."The End". Un final perfecto para una serie perfecta.
Los Losties no estaban muertos. Han ido muriendo. Como tendremos que hacerlo todos. No hay un “ahora” (Christian Shephard dice “no hay un aquí ni un ahora”). La concepción del universo paralelo no está encorsetada en la percepción “objetiva” y común del tiempo. Todos van muriendo, y a medida que mueren, se cruzan en el universo de las personas que realmente son, sin los condicionamientos de una vida que los ha torturado: de una forma más o menos paralela a como vivieron, han sido capaces de desprenderse de sus demonios y, así, han tenido la vida que hubiesen querido.
Al final, todos cerca de su CONSTANTE se reúnen de nuevo, tras una larga vida (o no), esperando a encontrarse con sus compañeros. Vivir juntos, morir solos. Aquí Desmond actúa como un enlace, él lo ha visto todo, se la sopla lo que le pase en la isla, sabe que al final estará con Penny, porque gracias a su "especialidad" ha podido ver ese "limbo" dónde irán todos.
A medida que se encuentran, se dan cuenta de que no estaban solos, y por tanto, son encontrados y dejan de estar perdidos.
PSD: los que penseis que es un final "abierto" (mierdaca), vale lo podéis ver así, pero es CERRADO (legendario). Se han resuelto los misterios, pero quedan algunos: ¿Qué reglas rigen la relación de Ben y Widmore? ¿Por qué unas embarazadas mueren y otras viven? ¿Por qué Walt simplemente desapareció presentándose al inicio como alguien tan especial? ¿Por qué Richard no se da cuenta de que AntiJacob manipula a los habitantes de Dharmaville si sabemos que le conoce? ¿ Qué son los números?
Pero sobre todo, qué coño es la isla. Pues eso una isla. Y ella estará allí for ever with Jacob, Jack, Hugo, etc etc... Porque al final lo consiguieron, enmendaron el error de Jacob (Humo) y ahora la isla está a salvo ¿es posible que Hugo dejara algún sustituto Jacob's style? ¡Claro! Pero si ya no hay mal, dirán algunos; ya, pero la isla necesita a alguien y alguien necesita a la isla, por eso siempre habrá alguien velando por su corazón, para que la luz brille ab eterno.
PDS2: Hay gente jodidamente retrasada que piensa que todos están muertos desde "pilot" y que las 6 temporadas han sido el puñetero purgatorio, yo no es por cagarme en sus muelas, pero creo que la serie ha dejado bien claro que no es así, y si no revisar again la final season. In short, un final perfectamente perfecto, que le viene al dedo a LOST, porque es un final LOST y LOST es LOST.
sábado, 30 de marzo de 2013
Tú, mira esto
Nunca te asomarás al mundo infinito
caerás hacia adelante, siempre hacia adelante
nadie te cogerá la mano para evitar la caída
nadie te mirará mientras caes
nade llorará tu caída.
Miento,
todos mirarán tu descenso al mundo perdido
te enfadarás luchando contra el viento
frustrada madre tierra
mugriento traidor, ¿tuviste que mirar y caer?
Lo hice, sí, no me arrepiento.
Egoísta.
Lo admito, evidentemente.
Sufrimiento tardío esperando en un bar
nunca llega lo esperado, nunca podré hacerme con él.
Sal, vete, lejos.
Alégrate cuando llegues al final del barranco
pues nada hay después de eso
todo queda por encima
miras hacia la nada, al éter
tienes miedo de mirar hacia arriba y descubrir
,con lágrimas en los ojos,
que lo que hay arriba
es lo mismo que lo que hay abajo.
caerás hacia adelante, siempre hacia adelante
nadie te cogerá la mano para evitar la caída
nadie te mirará mientras caes
nade llorará tu caída.
Miento,
todos mirarán tu descenso al mundo perdido
te enfadarás luchando contra el viento
frustrada madre tierra
mugriento traidor, ¿tuviste que mirar y caer?
Lo hice, sí, no me arrepiento.
Egoísta.
Lo admito, evidentemente.
Sufrimiento tardío esperando en un bar
nunca llega lo esperado, nunca podré hacerme con él.
Sal, vete, lejos.
Alégrate cuando llegues al final del barranco
pues nada hay después de eso
todo queda por encima
miras hacia la nada, al éter
tienes miedo de mirar hacia arriba y descubrir
,con lágrimas en los ojos,
que lo que hay arriba
es lo mismo que lo que hay abajo.
miércoles, 27 de marzo de 2013
Historias de la kryptonita - Vol. I
Tengo 42 años. Nací un 4 de mayo, era martes y, aunque suene raro, no llovía. Mi madre tardó exactamente 8 horas y 23 minutos en darme a luz. Desde entonces he vivido una vida completa en la soltería. Aunque eso no es del todo cierto, ya que tuve una novia a los 15 años. No duró mucho, el día de mi 16 cumpleaños me dejó de una de las maneras más sórdidas que he podido llegar a comprender, aunque aún no estoy muy seguro de esto último; llamó a mi casa y le dejó un mensaje a mi madre. El azar dictaminó que fuera ella quien cogiera el teléfono, podría haberlo cogido yo y todo hubiera sido más normal que una nota en un papel con un “hemos terminado” escrito con la elegante letra de mi madre.
Pero lo más interesante de mi vida no fue aquello, evidentemente. Tampoco terminar mi carrera universitaria, ni la mujer con la que mantuve relaciones sexuales durante toda una noche sin saber si quiera su nombre. Lo más emocionante de mi vida, si se puede decir así, me pasó hace dos semanas; había empezado un periodo de vacaciones reglamentario y obligatorio impuesto por la empresa en la que trabajo. Hasta aquel entonces, mis vacaciones no era más que una excusa para trabajar de manera ilícita en otro lugar, pero éstas me pillaron de manera inesperada me encontré despierto un lunes a las siete de la mañana sin nada que hacer. En ese momento me di cuenta de varias cosas que hago sin pensar, me observé durante mucho tiempo y, por desgracia, eso ha cambiado mi vida.
Cada mañana hago exactamente lo mismo, despertador a las siete de la mañana, lo paro al segundo timbre, incorporarme, zapatilla izquierda, zapatilla derecha, manos a las rodillas, ponerme de pie… Todo en ese orden sin variar ni uno de esos movimientos coreografiados como en un gran ballet ruso. Resulta complicado entender, incluso para mí, como me he dado cuenta de todos estos detalles, pues en 42 largos años no me había percatado de ninguno. Era un autómata programado con una serie de movimientos predeterminados y los realizaba como quien respira, parpadea o se rasca la nariz. Casi imperceptibles a mi sentido consciente, a mí mismo. Si hace dos semanas me preguntan qué hago al despertarme, no sabría qué responder exactamente, supongo que diría “pues lo normal”, y es que es lo normal, supongo, pero es una normalidad aterradora que me quita el sueño y ocupa toda mi cabeza.
Me he dado cuenta de que le hecho exactamente 2 cucharadas de azúcar al café, pero en la segunda, le quito un poco por encima, una falsa ilusión hacia mi cerebro de que no me echo tanto azúcar. Luego, remuevo 7 veces para el lazo izquierdo, con el asa de la taza hacia mi lado derecho, es extraño. El otro día intenté remover el café solo 6 veces, saqué la cuchara de la taza y, bueno, me levanté de la mesa y tuve que tirar todo el café por el fregadero. Sentía la necesidad de hacerme otro, echarle dos cucharadas de azúcar (la última menos colmada) y poder removerlo 7 veces.
Así es mi vida, toda predeterminada, toda regida por un guion inalterable, con mi cerebro como escritor, director y verdugo. Su misión está clara, hacer de mi vida algo sencillo y, sobre todo, paliar esta enfermedad que nunca terminara conmigo del todo.
Pero lo más interesante de mi vida no fue aquello, evidentemente. Tampoco terminar mi carrera universitaria, ni la mujer con la que mantuve relaciones sexuales durante toda una noche sin saber si quiera su nombre. Lo más emocionante de mi vida, si se puede decir así, me pasó hace dos semanas; había empezado un periodo de vacaciones reglamentario y obligatorio impuesto por la empresa en la que trabajo. Hasta aquel entonces, mis vacaciones no era más que una excusa para trabajar de manera ilícita en otro lugar, pero éstas me pillaron de manera inesperada me encontré despierto un lunes a las siete de la mañana sin nada que hacer. En ese momento me di cuenta de varias cosas que hago sin pensar, me observé durante mucho tiempo y, por desgracia, eso ha cambiado mi vida.
Cada mañana hago exactamente lo mismo, despertador a las siete de la mañana, lo paro al segundo timbre, incorporarme, zapatilla izquierda, zapatilla derecha, manos a las rodillas, ponerme de pie… Todo en ese orden sin variar ni uno de esos movimientos coreografiados como en un gran ballet ruso. Resulta complicado entender, incluso para mí, como me he dado cuenta de todos estos detalles, pues en 42 largos años no me había percatado de ninguno. Era un autómata programado con una serie de movimientos predeterminados y los realizaba como quien respira, parpadea o se rasca la nariz. Casi imperceptibles a mi sentido consciente, a mí mismo. Si hace dos semanas me preguntan qué hago al despertarme, no sabría qué responder exactamente, supongo que diría “pues lo normal”, y es que es lo normal, supongo, pero es una normalidad aterradora que me quita el sueño y ocupa toda mi cabeza.
Me he dado cuenta de que le hecho exactamente 2 cucharadas de azúcar al café, pero en la segunda, le quito un poco por encima, una falsa ilusión hacia mi cerebro de que no me echo tanto azúcar. Luego, remuevo 7 veces para el lazo izquierdo, con el asa de la taza hacia mi lado derecho, es extraño. El otro día intenté remover el café solo 6 veces, saqué la cuchara de la taza y, bueno, me levanté de la mesa y tuve que tirar todo el café por el fregadero. Sentía la necesidad de hacerme otro, echarle dos cucharadas de azúcar (la última menos colmada) y poder removerlo 7 veces.
Así es mi vida, toda predeterminada, toda regida por un guion inalterable, con mi cerebro como escritor, director y verdugo. Su misión está clara, hacer de mi vida algo sencillo y, sobre todo, paliar esta enfermedad que nunca terminara conmigo del todo.
lunes, 14 de enero de 2013
Premios 20blog 2012
Como podéis ver a la derecha de la imagen hay dos nuevos gadget interesantes. Por un lado "paperblog" donde podréis leer muchos y variados artículos interesantes (incluso mis propias entradas) en esta gran comunidad. Por el otro tenéis un enlace para "premios 20blog 2012" donde participo. Podéis votar este y otros blogs desde el 14 de Diciembre. Gracias.
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