Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Los cambios de tiempo están hechos a propósito.
Recuerdo mis días en el ejército (flash) teníamos un sargento que era un capullo, abusaba de su poder y descargaba su odio sobre nosotros. Odiaba a todo el mundo; nosotros sabíamos que era porque llevaba una vida de mierda, su mujer era fea y gorda y no follaba tanto como nos contaba. Siempre estaba tocándonos los huevos con las mismas cosas y gritando lo maricones que éramos. Él sí que era un maricón, no tocaba a su mujer porque le daba asco, es lo que ocurre cuando no le prestas atención, se ponen a comer para aliviar la soledad y acaban gastándose la paga en el casino. Yo estoy con el cabo Thomson, solo follan en las fechas señaladas, quizá aniversario o navidad; pero aún así es un polvo mediocre. Por eso el sargento viene a jodernos la vida cada mañana, tocarle los cojones al recluta se ha convertido en su sexo, y literalmente, porque ese hombre nos sodomiza cada día.
Que le follen a Kubrick o a Eastwood. Lo único que han hecho a sido subirle los humos al jefe, incluso excusarle y darle nuevas ideas y frases. Cada día llega con sus pantalones ajustados y comienza la danza de ingeniosas frases para dejarnos en ridículo. Lo peor es que algunas son jodidamente graciosas, pero si se nos ocurre reírnos nos caerán las babas del perro y quizá algún día de aislamiento o castigo en la cocina. Eso es lo peor, se inventa unos castigos dignos de una puta plaga egipcia, se cree el maldito mesías y no se le ocurren otras cosas como limpiar retretes con cepillos de dientes o dejarnos firmes en la bandera durante todo el día. Lo último se lo hizo al recluta Paris, le colocó un sombrero idiota y le hizo dar vueltas a la pista cantando una canción homosexual de una rubia que estaba cañón. Ahora le llamamos "Lucky Star".
Busca excusas para jodernos la existencia. Cada mañana nos despierta firmes, tenemos que estar al pie de la cama en cuanto de la orden, si alguien se retrasa, la justicia divina caerá sobre él. El cabrón viene cada día a una hora diferente, 6:05, 6:25, 5:46; por lo que tenemos que estar atentos cada mañana y despertarnos los unos a los otros, para estar pendientes, nos convertidos en preppers de la vida nocturna. Para joderle la vida al viejo hemos ensayado en secreto una coreografía para levantarnos de la cama a la vez y que no pueda castigarnos a ninguno. Son tres sencillos pasos: 1. Ponerte boca abajo y el pie izquierdo en el suelo, 2. Dar un giro sobre nosotros mismos con el pie izquierdo como apoyo y 3. Incorporarse firmes delante de la cama. Una danza acompasada que duraba exactamente tres segundos.
Serían las seis menos diez de la mañana cuando me dieron en aviso, habían escuchado quizá la puerta de villacandado abrirse y era mejor estar despiertos. Me giré para despertar a Lucky y lo vi sonreír mientras dormía. En aquél lugar no sonreías así, nos reíamos de los chistes de Clark o de las bobadas de Allen, pero nunca sonreíamos de aquella manera tan real y verdadera. No le desperté, no quería cortar el sueño que producía aquella preciosa sonrisa en su rostro. Mal. Escuché un estallido en la puerta del barracón y la dulce voz del sargento gritando como mil perros "¡ARRIBA!". 1, vamos Lucky despierta; 2, estás boca abajo, aún te da tiempo; 3, lo siento tío.
No volvimos a ver a Paris.