Come on for the funny.
Ay! Soy un buen chaval. Hoy en mi uni han venido unos cuantos médicos -que no me han querido responder si trabajan para vampiros o no- para sacarnos sangre a los donantes. Donar sangre, regalar vida. Me duele admitirlo pero era mi primera vez; bueno, hace "poco" que soy mayor, ¿quiénes os creeis que sois para criticarme?
Yo me siento aún un niño. Veo dibujos, juego, me divierto y a veces pillo unas riñas por tonterias (para los de la LOGSE riñas = enfados pequeños, thanks Goyo).
Tenemos un problema, no tengo inspiración, mi musa anda por Dios sabe dónde, ains como te añoro; no saco nada bueno desde el 86', allá cuando llevaba yo mi negocio de alfombras turcas directas desde China. Es dificil ponerse a escribir sin tener ni zorra de qué, pero con suerte te sacas unas líneas -no coca, no fount- y pasas el apuro de tener contento a tus fans, sobre todo a los fans anónimos. Un abrazo, cabrones.
Hoy también me ha llegado una carta, me explicaba que besaba muy bien y que utilizo la táctica del cobre, no sé lo que es, pero será buena porque mi puntuacion nacional (98/100) es genial. En otro orden de cosas, I have a problem, ¿cuál? Pues el que lleva persiguiendome toda la vida y solo me dejó en paz durante 457 días, aunque hará cosa de poco ha vuelto para tocarme las narices again, pché, no tendrá otra cosa que hacer que venir a mi, que estaba más agustico que una cestica gatetes al lado de una estufa, ha joderme la marrana, porque solo viene para eso.
¡Asqueroso! Menudo cerdo pulqueril que emancipa la propia fortuna convirtiendo todo a su paso en cenagales de muchedumbre escalonada, sin respiro, sin agotamiento, cesante una vez tras otra; capaz de destruir a un hombre como quién se lava unos calzoncillos. Eres un diablillo con cara de ángel -eso "significa" mi nombre "ángel con cara de demonio o demonio con cara de ángel"- que azota mi destino como rama animada por el viento de las montañas nubladas, me provocas dolores, heridas y malestar; quieres acabar conmigo, pero no sabes cuando ni por qué, actuas por instinto, acechandome en cada esquina, echándome tu aliento apestoso en la cara, mordiendome el alma hasta desfragmentarla en trozitos tan minúsculos que ni una pulga pudiera reirse de ellos. Azote del destino yo te maldigo, te ato en lo más profundo del infierno y como respuesta -yo lo considero un contraataque- tú me acercas a lo más insondable del patetismo eucariota, plásmado de tristeza y cacas de mono. Tú, cabrito desmesurado, culmen de lo despreciable, arrogante a más no poder, vanidoso y rastrero. Tú, amante de fulanas, criador de malas bestias, cosechador de almas, avalista de la tristeza y la soledad. Yo te deshonro con toda mi alma, que jamás me arrebatarás. Yo te asesto una daga en lo más profundo de tu existencia. Aquella vez cuando nos conocimos, pensé que eras bueno, amable y que me abririas los ojos hacia una nueva etapa -muy necesaria- de mi vida. Pero no, solo apareciste para transformar dolor (el dolor es como la energia, si se crea ni se destruye, solo se transforma; hablando de dolor feeling), para pasarmelo cual espiritu poseedor a mi pequeño yo, ¡eso no es portarse decentemente! Espero que esta vez te vayas para no volver jamás -se que lo harás, volverás como siempre- porque te diré una cosa ¡ESTA VEZ NO ME GANAS! Mi cuerpo y mi mente han evolucionado, ahora soy más fuerte, puedo contigo y lo sabes, por eso me haces pasar por todas estas penurias, me pones a prueba cada día y yo las supero sin vacilar. Mierdoso capullo lleno de injuriosas cicatrices del pasado, que indagas en el telar del mal, fustigándome con causalidades -lee bien CAUSA-, amargándome mi inocente vida. ¿Para qué? Para eso que sabemos tu y yo, ¿para esas tardes eternas de sonrisas y placebo? ¿para doscientos noes e infinitos sies? ¿para promesas caidas en el olvido avivadas por la desesperación humana? Ya basta de ver pasar el tiempo a cámara lenta. Se acabó, desaparece a la de ¡ya! O me pongo a repartir mamporrazos como un cosaco y de esta no te libras.
En fin, te odio.
Psd: joder que grande era la aguja, parecía un boli bic. Cuando ha acabado de succionarme mi preciosa sangre -la doctora que me ha tocado era super guapa y demasiado simpática para ser verdad- le he dicho que aquí tenía otro brazo por si querian más. Me ha mirado con cara de "OH que monada, ojalá no estuviera casada", para luego despedirse con la sonrisa más sincera que he visto hoy, algo ocultaban todas las personas con las que he hablado, si si.
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Gracias por acordarte de nosotros los anónimos.
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