viernes, 6 de junio de 2014

Nacho Vigalondo

Os traigo la más tierna historia de amor entre dos personas, por un lado un hombre sin piedad, con una mente brillante y cierto poderío en el arte de la elocuencia y verbosidad; y por el otro Nacho Vigalondo, un héroe para muchos -entre los que me incluyo- porque ha sabido llevar la incoherencia ante un señor que le ha dado dinero para hacer su cine ¿qué más podría demostrar? Pues ha cogido y ha puesto a Sasha Grey como prota en su última película ("Open Windows"), declarando manifiestamente que es puto amo del negocio y futuro vanguardista español, en su modo, junto con Paco León y Jaume Balagueró. Sin recochineo.

Todo comienza con una broma que le suelto vía @twitter, se pone cachondo  y me responde que tengo problemas intrínsecos en mi cabeza imposibles de curar, coño, solo he insinuado que te metes farla, Nacho, no he dicho que sé dónde la compras y que te gustan los rulos con los billetes de 200e. Eres un hombre importante en el mundo, debes mantener la postura y saber encajar los golpes.


Tras el ataque gratuito hacia mis ideales políticos llamándome gordófobo, se enfrasca en una rabieta de ataque frontal y casposo hacia mi persona, no sé si a causa del subidón de adrenalina  o porque lleva un estrés encima que no puede, dándome consejos gratuitos -muy amable-y vacilándome acomodado por su estatus de genio. Yo le reto a un notodofilmfest cara  a cara, pero no comenta nada al respecto y cambia de tema intentando un ataque a la desesperada con un "oye que te estás pasando y a tus jefes no les va a gustar".  


En el fondo, Nacho, te quiero, me encanta tu cine, algunos de tus cortos no, pero tus largos sí. Has llevado a al gran pantalla ideas que yo mismo he soñado a veces, que varias personas con una mente más abierta hemos soñado; las has hecho realidad de una manera maravillosa, muy acertada y, como te decía, rompiendo con lo anterior y generando una manera nueva de hacer las cosas y te estamos muy agradecidos por ello. Pero Nacho, sabes que los que entendemos tu cine estamos más para allá que para acá y somos unos hijos de puta de cuidado, por favor, no te exaltes y suerte con tu película, de verdad.

viernes, 23 de mayo de 2014

Lost (Perdidos). La historia continúa.

A raíz de cierto comentario en la Internet me dio la impresión de que el mundo aún no ha entendido la filosofía y el final de Lost. Esto me ha hecho pensar en que, según lo mires, puedes interpretar el final de la historia de un modo u otro, pero aquí hay un punto, personalmente entiendo que hay un final de historia y un final de serie, ya lo extenderé más adelante. Quiero, también, con esta entrada, quizá acercar a la gente que está en una posición incorrecta de esa interpretación, no a una forma correcta, si no a otro punto de vista -el cual lo creo que es el correcto, sí- que quizá les haga plantearse las cosas.

Pero, ¿por qué ahora? Este 23 de mayo se contarán cuatro años desde The End (parte1 y parte2) y a raíz, otra vez, de una pregunta (¿Cuál es la mejor serie de la historia?) me ha parecido correcto crear esta entrada. Porque son 4 años y porque aún se habla de Perdidos, para bien y para mal, y es por eso que creo que se trata de la mejor serie de la historia.


!Aviso a navegantes¡ Evidentemente este artículo cuenta con SPOILERS del tamaño del 815 de Oceanic, si no has terminado la serie, no lo leas, tienes otras interesantes entradas en mi blog o puedes entretenerte leyendo un par de microrrelatos.


Desde su primer episodio el el 22 de septiembre de 2004, hasta el último el 24 de mayo de 2010, Lost ha contado una historia con un principio y un final. Fue una serie fresca y tan adictiva como innovadora, rompió con los esquemas de la programación televisiva de aquella época y inició el, hasta ahora, bombazo de las series. No se le está recordando como debe, marcó un antes y un después, fue la Friends de las sitcoms, el alfa del término seriéfilo y el omega del fenómeno de ver las series en Internet. No se le está recordando como debe.

Esta historia comienza con uno supervivientes a un accidente de avión en una isla del pacífico y acaba con todos muertos. Sí. Si eres una de las personas que entendió el final, habrás esbozado una sonrisa. La serie te mete giros de guión, profundiza a los personajes, incluye nuevos personajes, salimos, entramos de la isla; millones de cosas, si queremos resumir el argumento, yo lo haría de la siguiente forma: 
Jacob es el protector de un lugar muy especial, una isla. Para encontrar un sucesor necesita candidatos, que son llamados a la isla. Así un vuelo Australia - Los Angeles, el 815 de Oceanic, se estrella en dicha isla convirtiendo a los supervivientes en candidatos. Estos descubrirán los secretos que esconde la isla y al final solo uno de ellos será el nuevo protector.
¿De acuerdo, no? Lost no va de que se estrellan y tienen que sobrevivir en una isla; no, va de que los candidatos tocados por Jacob llegan a la isla y tienen que esperar a ser elegidos. Entremedias pasan cosas, nos meten misterio, aventuras y secretos, que la hacen interesante y muy adictiva. Sí, sobreviven, hay un monstruo, osos polares, arañas medusa, millones de peligros, pero todo acaba teniendo su explicación.

¿Cuál es el argumento que me dan los que no han entendido nada? Este: "al final estaban todos muertos y todo lo que pasa en la isla es un limbo que blao blao". Lo siento, te equivocas. Sí hay un limbo, es ese limbo presentado en la sexta temporada en forma de flash sideway o realidad alternativa. Ese "lugar de espera", entre el mundo de los vivos y los muertos, es el lugar que crean los candidatos para reunirse. Dentro de ese limbo, que se nos vendió como una realidad alternativa donde el vuelo 815 de Oceanic aterrizaba en Los Ángeles, los candidatos están esperando, ajenos a todo recuerdo, a morir. Están esperando a morir en la realidad, para ser conscientes en ese limbo y así esperar a los demás para reunirse. Cuando Desmond -que tenemos que recordar que es algo ajeno a todo y necesita de mucha explicación a parte- es consciente de ese limbo y de su finalidad, se encargan de ayudar a nuestros candidatos a despertar. Ese limbo nos lo presenta en la última temporada, lo que no quiere decir que se creara en ese momento; es posible que todos los candidatos anteriores de Jacob -Roca Negra- hayan tenido su limbo desde el primer momento que son tocados.

Ese es el final de la serie, unos candidatos han muerto durante las temporadas y han esperado en el limbo. Otros han escapado y han vivido su vida después del capítulo final. Otros han vivido muchos años protegiendo la isla. Todos han vivido su vida y todos han sido despertados en el limbo una vez que han mueto -quizá de ancianos, por un accidente de coche, cáncer- en la realidad. ¿Por qué Jack despierta en el limbo después de Kate, si este muere antes? Esto es cosa de los guionistas de la serie, Jack es el protagonista de la serie y todo está hilado a través de él. Simplemente ha estado más tiempo esperando en ese limbo -operado de apendicitis- hasta el final de la serie que Desmond lo despierta. Ese final nos lo mostraron en 2010, pero no ocurrió en 2010, ocurrirá cuando cada uno quiera, pues ese final depende de Hugo, que hasta que no nombre un sucesor y despierte en el limbo, los candidatos no estarán todos reunidos y no ascenderán al cielo. Eso puede ocurrir en 2130, 2045, 3001... cuando cada uno quiera. Por eso hago esa diferencia entre final de historia y final de serie,  porque esa es la magia de la mejor serie de televisión de la historia.


viernes, 25 de abril de 2014

Crema de queso viejo

Esta receta ha sido improvisada, empezaba de una manera, ha continuado de otra totalmente distinta pero ha terminado como esperaba, una deliciosa crema de queso ideal para picar o como acompañante. La receta ha surgido por encontrarme en el fondo del frigorífico de casa de mi padre un pedazo de queso viejo de hace unos meses, duro como la piedra y con algo de moho blanco.


INGREDIENTES:
  • Queso viejo del fondo del frigorífico (125gr)
  • Cebolla (1/4)
  • Ajo (diente de leche)
  • Leche (100ml)
  • Harina (una cucharada)
  • Sal
  • Aceite
  • Pimienta (blanca no homo)
  • Mantequilla (poco)
  • Perejil, el toque español
PREPARACIÓN:
  1. Vamos a preparar una ligera y rápida bechamel que sirva como medio para la crema. En un cazo pequeño ponemos aceite a calentar y le añadimos la cebolla finamente picada, salamos. Cuando esté transparente añadimos el ajo fino fino y pochamos a fuego súper lento. Añadimos la pequeña onza de mantequilla y la pimienta. Pasados unos minutos añadimos la cucharada de harina y la cocinamos para quitarle el sabor a crudo, seguidamente añadimos la leche -fría- y movemos para romper los pequeños grumos. Lista la bechamel, cocinamos durante unos minutos para que espese, pero no demasiado.
  2. El queso viejo, al estar duro, es mejor rallarlo, se incorporará mejor a la bechamel y nos será más fácil calcular la cantidad y la densidad de nuestra crema. Añadimos a pocos el queso olvidado y vamos ligando con la bechamel. Queremos una consistencia de leche condensada. Añadimos poco a poco el queso y vamos removiendo. No incorporaremos más hasta que el anterior esté bien fundido. Atención: es posible que huela a chamusquina y es muy muy importante quitar el cazo del fuego -que siempre lo tendremos bajo- según vayamos añadiendo el queso para que no se pase, el juego consiste en remover fuera del fuego y luego ponerlo para que el cazo coja temperatura. 
  3. Ya tenemos una suave crema de queso que huele a la mil maravillas, vamos a añadirle el perejil fresco bien picado ya fuera de fuego.
En mi caso, yo he añadido, al gusto, hierbabuena seca, tomillo fresco y una ralladura de limón que han aportado frescura y aroma. Lo he disfrutado templado con un pan integral. El sabor era suave, la hierbabuena y el tomillo desprendían un agradable olor y el limón se notaba en su justa medida, aportando un toque cítrico que bailaba en preciosa armonía con el fuerte sabor del queso viejo.


sábado, 18 de enero de 2014

Conversaciones interiores

—«Hola yo mismo, puta, guarra, puerca. ¿Cómo estás? ¿Mal? Es tu culpa».
—«Hola yo mismo enfadado».
—«¡Sí!».
—«¿Qué?, Mmmh ¿por qué tengo la culpa?».
—«¿Por qué estoy enfadado?».
—«No lo sé, puede que te sientas fracasado. inútil; es más, enfadado, diría que estás enfadado contigo mismo».
—«¿Mamá, has visto mi edición especial de "Jarhead" dónde se le ve el pito a Gyllenhaal?».
—«Hijo, ¿has visto tú mis ganas de vivir?».
—«¡Papá!».
—«Créeme, fíjate bien, mejor fíjate en las pequeñas cosas buenas, si las juntas son más grandes que las cosas malas que te pasan».
—«Pero ahora no tengo lo que quiero...».
—«Madura...».

English

People are a full liars. All people. You are special. So special. You and me, maybe, will can tell us what is a lie and what not. Be different from the rest of the world. Create our world. End.

domingo, 12 de enero de 2014

La estrella y el campesino

Esta historia no puede situarse en alguna época o edad, es de esas historias que pocos conocen y que aquellos que han oído hablar de ella desconocen su procedencia. Es una historia que se cuela en las personas sin dejar huella ni rastro alguno. Una historia sobre la primera estrella que iluminó el cielo y la primera persona que la vio.
Hace mucho tiempo, en el cielo había solo dos cosas, el Dios Sol por el día y la Diosa Luna por la noche. En aquel entonces, las personas que habitaban la tierra eran más sencillas, estas eran las únicas luces que conocían, junto con el fuego, que iluminaba las oscuras y silenciosas noches. Nuestra historia ocurrió en una de estas noches, cuando un hombre joven se había quedado solo en medio de una llanura iluminada únicamente por la Diosa Luna. Por un instante, aquel hombre acostumbrado durante años a la misma luz, notó un centelleo muy sutil, un leve brillo en el cielo, una pequeña titilación que lo embaucó y asustó. Temiendo que le hubiera pasado algo a su Diosa Luna, la buscó en los cielos pero en vez de eso, encontró un pequeño punto que parecía que temblaba de miedo. El hombre rápidamente pensó que su Luna había perdido un trocito y se apresuró a buscarla en el manto negro, la encontró a sus espaldas, tan grande como siempre y tan perfecta como de costumbre. Suspiró aliviado y se volvió hacia el otro punto brillante del cielo.
Tras un tiempo observándola y preguntándose qué podía significar aquello, escuchó una débil voz; el campesino giró sobre sus talones y oteó el mundo que podían ver sus ojos nocturnos, pero en aquella llanura solo estaba él y el viento que corría libre. Queriendo creer que había sido este quien, de alguna manera, había transformado su egregia prosa habitual en palabras que conocía, alzó la mirada al cielo, una vez más, y miró cauteloso el nuevo punto luminoso «sí, te hablo a ti»; el campesino buscó de nuevo, cada vez más asustado, al causante de aquella dulce y femenina voz que parecía no proceder de ninguna parte; «no busques, no hay nadie más. Estamos solos tú y yo. Te lo puedo asegurar, veo muy bien desde aquí arriba». El campesino cayó en la cuenta de que era la estrella la que le hablaba, se armó de valor y preguntó:

"—¿Qué eres?"
"—Soy una estrella. La primera de ellas me atrevería a decir"
"—¿Una estrella? —dijo dubitativo— y ¿qué es una estrella?"
"—Una estrella es lo que soy yo, una luz más en el cielo. He nacido para vosotros, necesitáis más luz, habéis evolucionado muy bien y mucho —su voz sonaba orgullosa— y por eso he creído que sería necesaria."
"—Eres muy bonita, estrella, ¿cómo te llamas?"
"—Los seres humanos sois maravillosos. Aún no tengo nombre, pero me lo pondréis cuando hayamos más como yo en el cielo."
"—¿Habrá más como tú? —dijo el campesino con emoción—. ¿Más estrellas?"
"—Claro que sí. Además, por ser el primero en verme, quiero concederte un deseo. Pídeme lo que más desees en este mundo".
"—Lo que más desee en este mundo.... —pensó el campesino—. Nunca he amado a alguien... -Se armó de valor y por fin dijo- Quiero una mujer a la que poder amar —esta vez su voz sonaba fuerte y firme—, poder respetar y que me ame con la misma intensidad con la que la ame yo a ella. Quiero poder demostrarle lo mucho que importa, demostrarle cada día el amor que siento y cuidarla como nadie en la tierra sería capaz. Deseo tener una mujer a mi lado, tener hijos con ella y decirle todos los días «te quiero» de la forma más sincera posible. Estrella, por favor, dame una mujer".

La estrella se iluminó mucho, lanzando un destello que llenó la zona, obligando al campesino a cerrar los ojos. Cuando los abrió estaba en su cama, tumbado y con la sensación de que todo había sido un sueño «sin duda todo ha sido un sueño». Sin embargo algo era diferente, en el ambiente flotaba un olor a bacon frito, huevos a la piedra, pan recién horneado, manzanas y leche fresca. La mujer más hermosa del mundo (al menos, eso pensó el campesino) entró a la habitación «pero bueno, ¡aún en la cama! Se te va a enfriar el desayuno y no pienso calentarlo de nuevo. ¡Arriba mi dormilón! Hoy estás especialmente guapo». La sonrisa que puso el campesino en aquel momento era más radiante que la de su esposa y duró muchos años. El deseo de la estrella se había cumplido.
Pasaron los años y la vida les fue feliz, llegaron niños a la familia, preciosos y sanos, y de buen corazón. Pero; sí, un pero, toda historia tiene y esta no va a ser menos; no todo era maravilloso. Ella fue creada por las estrellas, perfecta; existía para amar. Sin embargo, él era un hombre corriente con defectos, no sabía amar perfectamente, tenía que aprender a hacerlo y ello lo llevaba a cometer errores para no volverlos a hacer. Los errores se sucedían, el campesino los aprendía, pero nunca cesaban, uno tras otro, es la peculiaridad del Hombre. Así los años pasaron y los errores se fueron sucediendo hasta que, sin opción a equivocarme, la mujer dejó al campesino y nunca se volvieron a ver.
El campesino nunca la olvidó y pasó el resto de sus días buscando a la estrella que le habló por primera vez para para pedirle el favor de que le enseñara a amar, pero, años después, el cielo estaba cubierto de ellas y, por más que buscara y  buscara, nunca la llegó a encontrar.